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Emplatado
Para servir el risotto es muy importante que lo hagas cuando el plato está caliente, justo cuando apagues el fuego, puesto que si lo dejas enfriar el arroz pasará a ser una masa compacta y perderá ese toque que hace a un risotto tan especial. Además, a la hora de servirlo la mejor opción es hacerlo con una cuchara, sin introducirlo en moldes para evitar romper la textura del arroz. La forma del plato en sí no tiene demasiada importancia, pero si lo sirves en un plato hondo o en un cuenco con una forma especial harás de tu receta un plato espectacular.
Si quieres darle un toque especial al emplatado puedes reservar algunos ingredientes, como láminas de champiñón o de calabacín en este caso, dorarlas en una sartén con un poquito de aceite de oliva y después colocarlas encima del arroz cuando lo hayas servido en el plato. También puedes poner algunas láminas de queso, o incluso hacer un crocante con queso rallado, que le darán un toque muy original e interesante.
Maridaje
Este tipo de arroz, tanto por su elaboración como por su acompañamiento de verduras, es perfecto para maridar con un buen vino rosado o banco. Lo ideal es servir el vino bien frío para que en el paladar se pueda apreciar más la cremosidad del risotto.
Los vinos blancos con toques afrutados y aromáticos casan perfectamente con la zanahoria y el calabacín, mientras que algún Chardonnay o un vino con toques más terrosos van estupendos con los hongos, por lo que puede combinar muy bien con nuestros champiñones.
Curiosidades sobre el risotto
El risotto es uno de los platos principales de la gastronomía italiana que se ha ido extendiendo por el resto del mundo. Etimológicamente, el término proviene de la palabra “riso”, que significa ni más ni menos que arroz en italiano. Concretamente, la palabra risotto hace referencia a un plato típico de arroz caldoso que se cocinaba de forma muy popular en las regiones del norte de italia, especialmente en Milán y Lombardía.
El origen de este plato se remonta al Renacimiento, una época de esplendor en Italia en la que el comercio con Oriente estaba a ala orden del día. De allí provenían sus dos ingredientes principales: el arroz y el azafrán. La versión más aceptada sobre quiénes fueron los primeros en disfrutar este plato es que fueron los comensales de la boda del discípulo del pintor Valerio de Flandes con su hija, donde sirvieron arroz coloreado con azafrán, una especia que por entonces no se utilizaba con fines alimenticios, sino como colorante en la preparación de pinturas de color amarillo.
De esta manera, desde sus inicios las recetas de risotto han estado ligadas al azafrán y a eventos importantes, puesto que al conferirle al arroz ese color amarillo todos lo asociaban al oro. La primera receta escrita de este risotto alla milanesa data de mediados del siglo XIX, en el libro de Giovanni Felice Luraschi Nuevo cocinero económico milanés. Entonces la receta incluía arroz, mantequilla, cebolla y caldo de ave, pero hoy en día ha ido evolucionando y podemos encontrar numerosas recetas de risotto con muchos ingredientes distintos.
Y es que este plato surgió de la experimentación y el aprovechamiento de ingredientes, por lo que podemos conjugarlo con prácticamente cualquiera. Aunque en esta ocasión te hemos propuesto una receta de risotto de verduras, ¿por qué no te animas a probar con otros ingredientes y jugar con tu imaginación?
¿Por qué no me queda cremoso el risotto?
Hay varios motivos que pueden provocar que el risotto no quede en su punto, o lo que en la pasta italiana sería “al dente”.
- -No calcular las proporciones adecuadas de arroz y agua o caldo.
- -El arroz no debe estar un tiempo exc esivo o quedaría quemado. Hay que colocarlo siempre antes de empezar a tirar el caldo o el agua y no olvidarse de darle ese golpe de fuego.
- -Echar el caldo o agua fría es uno de los errores más comunes. Al estar en esta temperatura, frena temporalmente la cocción del arroz y reduce su cremosidad final.
- -No remover el arroz, mientras se cocina. A diferencia de la paella, el risotto se debe remover para que se vaya absorbiendo y cocinando, así suelta el almidón y queda cremoso.
- -No mantecar el risotto. Al terminar de cocer el arroz, hay que dejarlo descansar 3-4 minutos para que absorba todos sus jugos y luego hacer el mantecado básico que redondeará la cremosidad del risotto. Esto se debe hacer fuera del fuego con mantequilla o aceite, con queso o sin queso.
- -No tomarlo de inmediato. El risoto es un plato que se saborea mejor acabado de hacer.