Viajar es un placer, al igual que lo es disfrutar de una deliciosa experiencia gastronómica que nos ayude a descubrir nuevas culturas. Por ello, una receta siempre es una buena idea cuando queremos viajar a otro país sin salir de casa. Alfonso de Rechupete nos trae un delicioso plato exótico con recuerdos árabes, un impresionante arroz al estilo marroquí con el que conseguiremos un toque diferente en nuestro hogar. No dudes en invitar a tus amigos para celebrar un plato diferente.
Vídeo receta
Un arroz árabe perfecto para nuestro hogar
Ya tienes tu receta de este fin de semana. Reúne los ingredientes, tan fácil de encontrar que te sorprenderás, y prepara una receta exótica. ¡Ambienta tu hogar y llénala de música! Este plato merece que lo preparemos todo a la perfección para celebrarlo por todo lo alto. Llena tu cocina de aromas embriagadores con este exótico arroz al estilo marroquí.
Hoy elaboramos un arroz al estilo marroquí especiado y muy aromático al igual que el arroz al curry. En esta elaboración destacan el contraste dulce y salado tan característico de la gastronomía árabe. Uno de los aderezos protagonistas es el ras al hanut o ras el hanout que consiste en una mezcla de especias muy típica de la cocina del Magreb, y en especial de Marruecos, que aporta mucho aroma y un sabor muy personal a nuestra receta.
Es un arroz muy sencillo de elaborar que nos dará mucho juego en la cocina, ya que es un plato de acompañamiento perfecto, al igual que el cuscús o cous cous con el que esta receta comparte muchos ingredientes, como las pasas y los piñones. Ideal también como guarnición tanto para platos de ave como de cordero, con los que los sabores especiados combinan a la perfección
¿A qué esperas para sumergirte en la magia de Marruecos?
Cómo hacer este delicioso arroz exótico
Como ves, la base de esta receta consiste en recurrir a frutos secos y toques dulces que nos recuerden a ese sabor tan especial que proporciona la gastronomía marroquí, una mezcla entre dulce, picante y sabores embriagadores que conquistarán toda la cocina. Por ello, utilizar más productos o incluso sustituirlos por los que damos en esta receta, siempre son una buena idea. Dátiles, orejones, anacardos o incluso almendras pueden ser una idea perfecta para completar la receta. Debe tener toque dulces pero que contraste a la perfección con sabores picantes. En esta ocasión, la mezcla entre la miel y el ras el hanout serán los indicados para conseguir este contraste. Si no tienes tiempo para hacer la mezcla o no la encuentras en tu supermercado de confianza, prueba a utilizar un poco de cúrcuma y canela para darle un sabor mucho más árabe. ç
Un toque Brillante: ¡la naranja!
Muchos no lo saben, pero la naranja y el limón llegaron a España gracias a la intervención de los árabes, que utilizaban sus árboles aromáticos para decorar sus jardines. Por ello, estas frutas son utilizadas en muchas de sus recetas para darles un toque fresco y lleno de olor. Es el punto ácido ideal que busca la receta para que el dulce no sea excesivamente fuerte en nuestro plato.
¿Sabías que la naranja es de origen asiático? Sería gracias a la Ruta de la Seda que este fruto llegaría hasta Oriente Medio y posteriormente los árabes lo introducirían en la Península Ibérica. De hecho, el nombre por el que lo conocemos hoy viene directamente de la palabra naranjah, que era la que ellos utilizaban para denominar a este fruto redondo.
Los cultivos de naranjos se asentaron, concretamente en la zona de Valencia, comunidad que hoy en día es reconocida por sus naranjas. Sin embargo, al principio tan solo se utilizaba este fruto con fines decorativos. Sería después, alrededor del siglo XVIII cuando se plantaron los primeros naranjos con fines de consumo. Se trataba ya de variedades más dulces y menos amargas que las utilizadas hasta la fecha.
De hecho, existen bastantes variedades de naranja. La que comemos normalmente al natural son las naranjas dulces, que también tienen distintas subclases dentro de esta clasificación. Encontramos también la naranja pérsica, más cercana a la original, pues tiene un sabor amargo. Sería muy poco después de la llegada de Colón a América que este fruto también se asentaría en aquellas tierras, al igual que el limón. Al ser un alimento muy rico en vitamina C era de especial utilidad a los marineros que durante sus viajes no podían llevar una dieta equilibrada.
En Brasil nació la variedad que conocemos como naranja de ombligo o naranja navel, a través de una mutación que hace que se desarrolle una segunda naranja más pequeña y atrofiada en el mismo fruto. Seguramente la hayas visto en alguna ocasión. ¡Ya sabes su origen! ¿Te animas a probar la naranja dentro de tus platos salados? ¡Les dará un sabor del que no te arrepentirás!