Curiosidades sobre la carne de pato
En la gastronomía española no es muy usual encontrar recetas donde la carne de pato sea la protagonista. De hecho, el principal país productor de carne de pato es China, uno de los países que cuenta con este animal como el protagonista de uno de sus platos estrella: el pato a la pekinesa. Y es que este tipo de carne es sobre todo muy popular en muchas regiones asiáticas como Myanmar, Vietnam, Corea o Malasia, aunque el segundo país productor de este animal sea Francia.
Además de ser el primer país productor de pato, China – y Asia en general – ha sido tradicionalmente una de las zonas exportadoras de especias más importantes. Por tanto, no es casualidad que muchas de las recetas de pato sean muy especiadas, además de ser una receta milenaria.
Bien es cierto que es en los países orientales donde más tendencia hay a comer el pato marinado o cocinando la carne de formas similares a las de esta receta, mientras que países como Francia es más común el consumo de este animal en forma de foie o foie gras (fuagrás en castellano). El foie no es ni más ni menos que un producto proveniente del hígado hipertrofiado del pato o del ganso.
En España confundimos este foie con lo que llamamos fuagrás, pero fuagrás y paté no es lo mismo. En la tradición española llamamos fuagrás al paté de hígado, ya sea de ave o bien de cerdo. Pero el foie originario se obtiene obligatoriamente del hígado de un animal que debe haber sido alimentado mediante cebado. Países como Argentina, India, Israel, Reino Unido, Italia o Alemania prohíben estas prácticas de alimentación forzada al ser consideradas maltrato hacia los animales.
Dentro de España, las regiones donde más pato se consume son Cataluña y País Vasco, donde se suelen preparar tostas con tomate, aceite de cebollino y, como sustituto al jamón ibérico, unas lonchas de jamón de pato ahumado.
Otras recetas con carne de pato
Aunque el foie se produce cada vez en menor medida, hay otras muchas recetas que pueden elaborarse con la carne de este animal, que forma parte de la gastronomía de países muy diversos.
En Indonesia, por ejemplo, preparan el pato condimentado con raíces picantes y hierbas diversas para después envolverlo en hojas de plátano y asarlo. También en Francia son expertos en pato a la naranja, una receta muy tradicional y clásica en la que se sirve pato asado con salsa de naranja.
En China, además del pato a la pekinesa, que se sirve con panqueques, salsa hoisin, cebolletas o salsa de fideos dulce, también podemos encontrar otros platos elaborados con pato. Es el caso del Pato zhangcha, muy tradicional en la gastronomía de la región de Sichuan, y en cuya receta el pato se marina sobre hojas de té y hierbas aromáticas para después ahumarlo. Tras el ahumado, se cuece al vapor para acabar friéndolo y aportando un toque crujiente al acabado.
También en China se consumen popularmente huevos de pato en salazón, que incluso se venden en numerosos supermercados con una capa de carbón vegetal recubriéndolos y envasados en un plástico al vacío. La preparación de estos huevos es remojándolos en salmuera durante un tiempo estimado de tres semanas.
Las propiedades nutritivas de la carne de pato
La carne de pato es una de las más saludables que podemos encontrar en el mercado. Se trata de una materia prima muy baja en grasas y con un excelente valor proteico, que aporta todos los aminoácidos necesarios para nuestra dieta. Contiene además una fuerte carga de vitaminas esenciales, como las del grupo B, e incluso la vitamina C, D, E y A.
La carne de pato es magra, por lo que está compuesta prácticamente en su totalidad por fibras musculares. Una vez que le retiramos la piel pasa a ser una carne magra con muchos nutrientes que ayudan a nuestras defensas a ser más fuertes, y que nos aporta una cantidad muy baja de colesterol. Es muy importante retirar la piel del pato antes de cocinarlo, dado que aunque puede resultar realmente sabrosa, tiene bastantes grasas saturadas que no van a ser bien recibidas por nuestro cuerpo.