Beneficios de la pechuga de pollo
La pechuga de pollo es una de las partes de este ave que menos grasas tiene. Por ello, puede que sea uno de los ingredientes más socorridos a la hora de comer sano, pero también uno de los que más peligro tenemos de que nos quede demasiado seco a la hora de cocinar.
Entre sus beneficios encontramos que se trata de un alimento alto en proteínas y aminoácidos, por lo que es esencial para el crecimiento y buen funcionamiento de nuestro organismo. Además, es baja en colesterol y su digestión resulta bastante fácil a nuestro estómago.
Se trata de un ingrediente, además, súper versátil y que suele gustar a todo el mundo. Puedes incluirlo en otras recetas de arroces picada en trozos y mezclada con los demás ingredientes, por ejemplo. O incluso como acompañamiento de pastas o con salsas de lo más variadas. Puedes presentarla rebozada, en San Jacobo con jamón y queso, en un guiso a la mostaza o incluso con sabores que puedan resultar exóticos como el pollo al limón o siguiendo la receta hindú de pollo Tikka Masala.
Cómo cocinar con nata
Quizás la nata no sea uno de los ingredientes más usados en la gastronomía española, o al menos no para los platos salados. Sin embargo, este ingrediente aporta a tus platos una cremosidad que puede irles muy bien.
La nata proviene de dejar la leche en reposo durante un tiempo estimado de entre 24 y 48 horas. Y lo hace de forma espontánea. En este tiempo sucede un proceso en el que los glóbulos de grasa de la leche suben a la superficie de esta, ya que tienen una densidad menor, y acaban por separarse de los demás componentes del producto lácteo. Hay varios tipos de nata según su tratamiento y conservación, aunque lo que nos interesa para cocinar con ella no es ni más ni menos que su porcentaje de materia grasa.
En los supermercados podemos encontrar nata de dos tipos: de montar y de cocinar. La principal diferencia entre estas dos natas es la cantidad de materia grasa de cada una de ellas. Mientras que la nata para cocinar tiene una materia grasa de, aproximadamente, un 14%, la nata para montar debe contener, al menos el 35% de materia grasa. Esto se debe a que, con una materia grasa inferior al 35% nos sería prácticamente imposible montar la nata.
Sin embargo, sí que podemos utilizar la nata de montar para cocinar platos salados con ella. El resultado será un plato aún más cremoso que si lo hicieses con nata de cocinar, pero en muchas ocasiones no es necesaria tanta cremosidad.
Entre los platos salados que puedes cocinar con nata encontramos desde pasta con nata y bacon (una especie de carbonara que sustituye el huevo por la nata), patatas gratinadas con nata, quiche de verduras o berenjenas rellenas. Siempre puedes experimentar con tu imaginación para incorporar este ingrediente a muchos de tus platos y obtener un resultado distinto y super cremoso.
Platos combinados, una solución rápida y fácil en la cocina
Si eres de los que no tienen demasiado tiempo para cocinar, pero te gusta comer rico y completo, platos como el que te proponemos en esta receta pueden ser la solución a tu día a día. En los platos combinados el arroz puede ser la estrella y solucionarte la comida diaria. Además, es bueno ingerir entre cuatro y cinco raciones de arroz semanales.
A la hora de elaborar estos platos combinados puedes jugar con diversos ingredientes y elementos. En este caso te hemos propuesto unas pechugas de pollo a la nata y tortilla, pero también puedes variar con una ensalada y un poco de atún a la plancha, o incluso salmón y patatas al horno.
Si el tiempo es más caluroso, puedes animarte también con una ensalada de arroz y pollo, que aúna casi todos los ingredientes de esta receta, pero en frío, lo que hace de este plato una receta muy completa en nutrientes a la vez que fresquita y fácil de digerir para los días más pesados. Puedes añadirle una vinagreta a base de salsa de soja si quieres eliminar los lácteos de esta receta, e incorporar otros alimentos que pueden irle muy bien como maíz, cebolla cruda o pasas de Corinto.