En este caso no hemos añadido ninguna verdura a la receta porque suelen ser algunos de los alimentos que más cuesta que los peques coman. Sin embargo, si quieres probar, puedes ir implementando algunas como el pimiento, la cebolla o la zanahoria en trocitos muy picados para que se mezclen bien con el arroz y el pollo y que, casi sin darse cuenta, los más pequeños vayan cogiendo el buen hábito de comer verduras. Te dejamos también una sugerencia de arroz con verduritas que puede ser una muy buena alternativa si en casa lleváis una dieta vegetariana o vegana.
La importancia de una comida completa
Esta receta que te proponemos hoy constituye una única comida muy sabrosa y completa en nutrientes. Por un lado, contamos con todos los beneficios del arroz, un cereal que además es apto para aquellas personas cuyo organismo no tolera el gluten.
Por otro lado, utilizamos el pollo como acompañamiento, concretamente el contramuslo, que es una de las partes más tiernas y sabrosas de esta ave, por lo que es ideal para darle un toque súper jugoso al arroz. Esta carne es muy nutritiva, así como baja en grasas.
La combinación de estos dos ingredientes hace del plato, una paella muy sencilla, ideal para obtener la energía necesaria para pasar el día, a la vez que no ingerimos demasiadas grasas.
Colorantes alimentarios y arroz
Si hay algo característico dentro de las paellas es su famoso color amarillo. Sea como sea, de carne, de pescado, mixta o solo de verduras, el color amarillo nunca desaparece de este plato. Pero, ¿cómo se consigue?
Para obtener este famoso color lo ideal es utilizar azafrán, conocido como la especia más cara del mundo y también llamada el “oro rojo”. Deriva de los pistilos secos de una flor, la Crocus sativus, y desprende un sabor ligeramente amargo. Es una de las especias con una vida más larga. Hay referencias a su uso ya hacia el año 2.300 antes de Cristo, tanto para ceremonias religiosas y ritos como para su uso gastronómico y medicinal.
Ya en el Antiguo Egipto se utilizaba y en la antigüedad clásica se le daba un uso que para nosotros resulta obsoleto: teñir los vestidos de fiesta e incluso rellenar de azafrán los cojines para impregnarlos de su aroma. Los romanos también pudieron utilizarlo como tinte para el pelo.
En España, durante la Edad Media, fue la única especia cultivada en la zona de Cataluña y lo que hoy conocemos como Comunidad Valenciana. Estos cultivos eran muy conocidos y famosos en el mundo entero, y comenzó una enorme influencia de la comercialización del azafrán. Incluso hubo gente que se dedicaba a verificar si la especia era buena o se trataba de una falsificación que los comerciantes intentaban vender a precio de oro.
Actualmente, España se posiciona como el sexto país productor de azafrán y cuenta con una Denominación de Origen Protegida, el Azafrán de la Mancha. El uso que le damos ahora es puramente gastronómico, en pequeñas cantidades, como condimento para dar color a los guisos, como especia en las maceraciones y, cómo no, en los arroces.
Sin embargo, debido a su elevado precio, es más habitual el uso de colorante alimentario antes que el de azafrán. Y es que las falsificaciones de esta especia han perdurado a día de hoy. ¿De qué se compone, entonces, el colorante alimentario?
El colorante alimentario que habitualmente compramos en los supermercados es un compuesto a base de harina de maíz, sal y un colorante llamado tartracina (E-102). Este colorante es de origen sintético, es decir, artificial, y muy usado en la industria alimentaria junto con otros para otorgarle a los alimentos colores muy distintos.
En algunos países como Estados Unidos se obliga a los fabricantes que usen este componente a indicarlo en las etiquetas de sus productos junto con una advertencia, ya que en personas propensas a alergias e intolerancias puede provocar algún tipo de reacción, incluida el asma bronquial en personas que sean propensas a tenerla.
En España también debe indicarse sus contraindicaciones en las etiquetas. Si nos fijamos bien, la mayoría de los productos procesados y coloreados llevan algún tipo de esta sustancia y, aunque normalmente no suele ocurrir nada, sí que es importante saber que puede haber alguna contraindicación en su consumo.
La tercera opción para evitar el colorante alimentario artificial y si no queremos pagar una suma algo elevada de dinero por unas hebras de azafrán es recurrir a la cúrcuma. La cúrcuma es una planta que pertenece a la familia del jengibre y su raíz triturada se puede usar como condimento. De hecho, es la base para el curry, por lo que el color amarillo para tu paella lo tendrás asegurado. Y si lo que te preocupa es que el sabor de tu arroz no sea el mismo que usando azafrán o colorante, no te preocupes. La cúrcuma no alterará el sabor final de tu paella, pero sí te aporta un colorante natural asequible y sano.