Un arroz caldoso siempre es una buena opción para esos días en los que ya va haciendo frío y necesitas un plato que te ayude a mantener la temperatura corporal. Con este arroz caldoso tendrás una estupenda solución, además fácil y rápida de preparar. Este plato es sano y nutritivo y puede serte de gran ayuda a la hora de elaborar tu menú semanal.
Además, si estás empezando a cocinar, tener en tu recetario los platos de siempre, los más tradicionales, es de vital importancia. Saber hacerlos bien es la clave para después poder experimentar y llegar a crear tus propias recetas. Quién sabe si el próximo clásico saldrá de tu cocina. ¿Te animas? Ponte el delantal y ¡manos a los fogones!
Origen de los embutidos
¿Sabías que los embutidos nacen como una forma de conservar la carne? Los embutidos son ni más ni menos que carnes que se han condimentado con diversas especias para después ser embuchadas en las tripas del animal del que provienen. Se cree comúnmente que este tipo de alimento es muy típico de la gastronomía española, pero sin embargo, es muy probable que el nacimiento de los embutidos esté directamente relacionado con el comienzo del uso de la sal como condimento alimentario.
Ya en la prehistoria se tiene consciencia de la necesidad de preservar la carne, primero secándola al sol y más tarde envolviéndola en grasas. Con el descubrimiento del fuego se abren nuevas posibilidades de conservación con los ahumados y la cocción.
Con el tiempo, esta forma evolucionó hacia lo que hoy conocemos como embutido, que ya se nombran en la antigua Grecia. El mismo Homero, en la Odisea, habla de una comida que describe como una tripa rellenada con grasa y sangre y que se sirve asada.
Sería ya la Edad Media cuando la elaboración de embutidos se extendiera. Comenzaron a celebrarse de forma tradicional las matanzas de cerdo, con cuyas carnes las familias subsistían todo el invierno. Esta costumbre todavía pervive, especialmente en las zonas de entornos más rurales.
Con el avance de la industrialización estos procesos también irían a la par de la modernización.
Un truco Brillante: ¡el caldo!
Una de las claves para hacer un buen arroz es el sofrito. Se nota cuando está hecho con mimo, esmero y dedicación, así como empleando los mejores ingredientes. Otra de las bases es un buen caldo. Y es que además la variedad utilizada por Brillante te dará todas las posibilidades de tener un plato con muchísimo sabor. Esto se debe a que arroz Brillante Sabroz toma todo el sabor del resto de los ingredientes que componen el plato y, por tanto, también del caldo en el que se va a cocer.
Para hacer un caldo de carne puedes seguir varias recetas, pero nosotros te recomendamos una en especial. Elige un hueso de carne, que bien puede ser de jamón o de otro tipo de pieza, así como un poco de carne veteada. Para darle más sabor y consistencia, ponle también cebolla, zanahoria, tomate, ajo y puerro. Puedes añadir otros ingredientes vegetales como el nabo o el apio. Todos ellos te darán un caldo con un sabor extraordinario. ¿Y en cuanto a especias? Con sal, unas hojas de laurel y pimienta negra nos valdrá. Mucho mejor que eches la pimienta negra directamente en bolitas, ya que se notará mucho más el sabor que si pones la especia molida.
Un consejo si quieres que el caldo te quede oscuro es hornear antes un poco todos los ingredientes, durante aproximadamente 30 minutos. Una vez que haya pasado la media hora de horneado puedes ya coger todos los ingredientes y pasarlos a una olla con bastante agua. Deberán estar hirviendo durante más o menos una hora y media, a fuego no muy alto. Durante la cocción recuerda que debes ir quitando la espuma que aparezca. Para ello puedes ayudarte de una espumadera o algún otro utensilio.
Pasado el tiempo de cocción puedes ya ir retirando los huesos, la carne y la verdura para después proceder a colar el caldo y que quede sin ningún resto sólido. Si vas a meterlo en la nevera o a congelarlo, deja que enfríe durante unas horas antes de hacerlo. Así la grasa se solidifica y es más fácil retirarla después. Y ya está listo nuestro caldo de carne casero. Puedes congelarlo en cómodas monodosis en cubiteras para hielo, por ejemplo, e ir sacándolo cuando tengas que usarlo en la cocina. ¡Verás como la diferencia se nota!