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El risotto es uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía italiana. Se trata de una receta de fácil elaboración, incluso si el arroz no es tu fuerte en los fogones. Si tienes una comida especial con invitados a los que sorprender o quieres darte un capricho, te dejamos esta deliciosa receta de risotto de pollo. Fácil y deliciosa. Dejarás a tus comensales con la boca abierta. Coge el delantal y ¡manos a la obra!
El complemento perfecto para el risotto con pollo
En el caso de nuestro risotto de pollo, hay vinos muy específicos para maridar. Al sabor de nuestro plato, que mezcla la cremosidad y el sabor del queso parmesano con esos tintes de tomillo fresco le quedará muy bien un vino blanco bien fresquito y con sabor afrutado. Ese sabor ligero a fruta fresca acompañará a la perfección esta receta de arroz.
Más concretamente, la clave estará en la elección de un Chardonnay, aunque Merlot también puede quedar excelente, si quieres variedad. El vino tinto no es muy adecuado para este tipo de platos, pero si te gusta más que el blanco o que el rosado, puedes elegir alguno suave y que tenga toques afrutados para no enmascarar el sabor del risotto con pollo.
El risotto, un plato con historia
Como hemos dicho, el risotto es uno de los platos más característicos de la cocina italiana, a la altura de su famosa pasta o la mundialmente conocida y adaptada pizza. Pero, ¿sabes cuándo comenzó a realizarse esta receta?
Probablemente sepas que el arroz es un cereal milenario que se usa en múltiples gastronomías de distintas culturas. Se trata de uno de los ingredientes más populares y es el protagonista en muchas recetas. Sin embargo, el tipo de cocción que se utiliza en la elaboración de risotto es bastante joven. La primera receta de Risotto alla milanesa data de 1853, aunque hasta las primeras décadas del siglo XIX este tipo de cocción no se extendió.
Existe también una leyenda que cuenta el origen del risotto allá por el siglo XVI como parte de un banquete de bodas entre la hija de un pintor y su aprendiz. Fui idea del aprendiz teñir el arroz con azafrán, el único pigmento del taller que era comestible, para darle un especial color dorado y simular un plato de mayor postín. Así, los invitados tenían la sensación de estar llevándose a la boca pequeñas pepitas de oro.
Una receta de gran adaptación
El risotto es una de las recetas de más fácil adaptación de toda la gastronomía a nivel mundial. Y es que puede combinarse tanto con carne como con pescado o marisco e incluso hacer versiones vegetales con setas o verduras. Lo cierto es que existen tantas recetas de risotto como comensales con gustos distintos. El punto común a todas es ellas es la utilización de un tipo de arroz muy concreto, de grano pequeño y redondo, que suelta el almidón de manera lenta en la cocción y hace posible que obtengamos esa textura cremosa única del risotto.
Aunque en los inicios de esta receta el arroz se condimentaba con azafrán y se servía con su característico color amarillo, hoy en día, como en nuestro caso, las recetas carecen de esta especial que colorea el alimento. Igualmente, no todos los risottos tienen entre sus ingredientes el queso parmesano, aunque es recomendable.
El risotto comenzó a extenderse especialmente por las zonas de Lombardía y Piamonte. Gracias a la generalización de este tipo de cocción, actualmente es una de las bases del plato estrella de Sicilia, el arancini una bola de risotto rellena de verduras o boloñesa, rebozada y frita. Existen también otras recetas que fusionan distintas gastronomías, como las croquetas de risotto.
Sea de la manera que sea, este risotto con pollo seguro que triunfa en tu cocina y te hace querer seguir experimentando en los fogones para crear tus propias recetas de la mano de arroz Brillante Sabroz.