Curiosidades de la sopa de marisco
Este tipo de sopas son muy típicas, cómo no, de los recetarios populares de los países que tienen costa marítima. Normalmente se hace a base de un estofado de varios tipos de marisco. En algunas ocasiones, incorpora alguna verdura o, como en nuestro caso, arroz.
En la cocina asiática la sopa de marisco es muy popular. Concretamente, una de las más conocidas es la sopa de pescado cantonesa, procedente de China. Esta sopa suele ser más bien espesa pero a la vez con textura suave y con un color blanquecino, al contrario de nuestra sopa que incorpora pimentón.
En algunos países de Latinoamérica como México la sopa de marisco también es bastante popular. Es el caso del plato conocido como “caldo de los siete mares”, muy típico en las zonas de costa mexicanas. Este preparado, a diferencia del nuestro, lleva entre sus ingredientes también pollo y tomate.
La cocina peruana está enormemente influida por la gastronomía china, por lo que este plato no podía faltar en su recetario. El nombre que recibe en este país latinoamericano es el de parihuela y, pese a lo que pudiese parecer, se acerca bastante a la caldeirada gallega y portuguesa e incluso al suquet de peix que se cocina en Cataluña. Esta variante peruana de la receta incorpora todo tipo de productos procedentes del mar, desde mariscos a pescados pasando por algas marinas. Suelen añadir también hierbas aromáticas como el cilantro para darles un toque especial.
En España, como decimos, es muy usual consumir este tipo de sopas en zonas como Galicia, donde preparan la caldeirada de peixe. Tradicionalmente esta sopa se elabora en un caldero (he ahí de dónde proviene su nombre).
De forma similar encontramos el suquet de pescado que se sirve en las zonas de Cataluña y la Comunidad Valenciana. Una receta creada por pescadores y cuyo nombre proviene de la palabra such, o jugo en castellano. Tradicionalmente este guiso se preparaba con aquellas piezas de pescado que debido a ciertas manipulaciones de la pesca no eran aptas para su venta. La peculiaridad concreta de esta receta es el uso, en ocasiones, de azafrán para darle su característico color rojizo.
El maridaje ideal
Para acompañar a esta sopa en la mesa el vino ideal es un buen vino blanco, que siempre resulta la opción más adecuada para los mariscos. Te recomendamos, por la procedencia de este tipo de guisos, que optes por un vihno verde portugués o alguno elaborado en Galicia, como un ribeiro bien fresquito.
Además, esta sopa es ideal como entrante para menús de días especiales en épocas invernales, tales como Navidad o Año Nuevo.
Propiedades del marisco
El marisco es uno de los grupos de alimentos que menos vemos en ciertas gastronomías, dado a su elevado precio en los lugares que no son de costa. Y es que el acceso a mariscos de calidad y frescos puede ser todo un lujo para muchos. Se considera uno de los mejores manjares culinarios y en muchas ocasiones se reserva para momentos de celebración o eventos especiales.
Lo cierto es que el marisco es una gran fuente de proteínas, que nos proporcionan muchos nutrientes en muy pocas calorías. Además, suelen ser ricos en nutrientes esenciales como las vitaminas B, el zinc, el selenio, el fósforo o los complejos vitamínicos D y E. Además también contienen bastante hierro hemo, un componente muy importante que actúa favoreciendo el transporte de oxígeno en sangre.
El consumo de este tipo de productos marítimos se asocia con una dieta equilibrada y a la reducción del riesgo de obesidad, aunque siempre depende del método de preparación. En esta misma línea se juega con la disminución de la posibilidad de padecer enfermedades del corazón debido a que el marisco es una muy buena fuente de omega-3.
Hay estudios, además, que aseguran que el consumo de mariscos interviene directamente en los procesos químicos de nuestro cerebro que hacen que aumenten nuestro nivel de concentración, la actividad intelectual y la memoria. Esto se debe a la carga de magnesio de estos alimentos, uno de los minerales que nuestro organismo no produce por sí mismo, por lo que necesitamos ingerirlo de forma externa para poder rendir al máximo.
Otros estudios aseguran que también es una fuente importante de triptófano, uno de los aminoácidos que resultan esenciales para la dieta humana. Concretamente, este componente es el encargado de producir la serotonina: eso es, lo que conocemos como la molécula de la felicidad. Por lo tanto, comer marisco afecta directamente a nuestro estado de ánimo.
Sin embargo, como todo, el consumo exagerado de este tipo de alimentos puede llegar a ser perjudicial para la salud debido al incremento de los niveles de ácido úrico. Cuando nuestro cuerpo no es capaz de deshacerse de este exceso las posibilidades de padecer la enfermedad conocida como “gota” (un tipo de artritis), aumentan.
Además es uno de los alimentos más propensos a generar intolerancias o alergias, por lo que hay que ser muy precavidos. También es importante que nos aseguremos de que está bien cocinado para evitar intoxicaciones.