Arroz con pollo a la cazuela

Sofreír la carne

El primer paso para preparar nuestro delicioso pollo a la cazuela es sofreír la carne. En una cazuela grande, calentamos un poco de aceite a fuego medio-alto. Colocamos los muslos y contramuslos de pollo en la cazuela y los doramos por ambos lados. Este proceso no solo sella los jugos dentro de la carne, sino que también proporciona una base de sabor rica para el plato. Es importante no abarrotar la cazuela para que el pollo se dore de manera uniforme.

Una vez que el pollo está dorado, lo retiramos de la cazuela y lo sazonamos con sal y pimienta al gusto. Este paso es crucial para realzar los sabores del pollo. Reservamos el pollo en un plato aparte, dejando los jugos en la cazuela, que utilizaremos para potenciar el sabor del sofrito que haremos a continuación.

Preparar el sofrito de la verdura

Con los jugos de la carne aún en la cazuela, reducimos el fuego a medio y añadimos un poco más de aceite si es necesario. Agregamos la cebolla morada cortada en brunoise, los dientes de ajo picados, la zanahoria también en brunoise y el chile rojo. Sofreímos estos ingredientes hasta que la cebolla esté translúcida y la zanahoria comience a ablandarse.

El sofrito es la base de muchos platos tradicionales, como la paella, y en este pollo a la cazuela, es fundamental para construir capas de sabor. Así que una vez que las verduras estén bien sofritas, es el momento de añadir las especias. Incorporamos el jengibre, un poco de caldo y la maicena diluida en agua. Removemos bien, asegurándonos de que todo esté bien mezclado y las especias se distribuyan uniformemente.

Incorporar el arroz y el caldo

A continuación, añadimos el arroz Brillante Sabroz a la cazuela. Este arroz es ideal para esta receta debido a su capacidad de absorción, que permite que adquiera todos los sabores del guiso. Removemos el arroz junto con las verduras y las especias, asegurándonos de que cada grano esté bien impregnado de los sabores y los aceites.

Después, vertemos el resto de caldo de pollo caliente sobre la mezcla. Es importante que el caldo esté caliente para que el proceso de cocción no se detenga.

Agregar el resto de ingredientes

Incorporamos también las almendras, el azafrán molido. y la ralladura de limón. Llevamos la mezcla a ebullición y luego reducimos el fuego para que el arroz pueda cocerse lentamente, absorbiendo todos los sabores del caldo y las especias. Este paso es crucial para que el arroz quede perfecto, ni demasiado seco ni demasiado caldoso.

Estos ingredientes se deben mezclar bien en la cazuela, asegurándonos de que se distribuyan uniformemente. La combinación del azafrán y el limón crea una sinergia de sabores que hace que cada bocado de este arroz con pollo a la cazuela sea una experiencia deliciosa y memorable.

Incorporar el pollo sellado

Cuando el caldo empiece a hervir, es el momento de volver a poner el pollo sellado en la cazuela. Colocamos los muslos y contramuslos de pollo sobre el arroz, sumergiéndolos ligeramente en el caldo. Esto permitirá que el pollo termine de cocinarse y que los sabores del guiso impregnen cada pieza de carne.

Dejamos que el pollo se cocine a fuego lento, asegurándonos de que esté bien cubierto por el caldo. Este proceso permite que la carne se mantenga jugosa y absorba todos los sabores de la cazuela. Cocinamos a fuego bajo para evitar que el arroz se pase y para que todos los ingredientes se integren de manera perfecta.

Cocinar a fuego lento

El siguiente paso es dejar que el plato se cocine a fuego lento. Este proceso puede tomar entre 15 y 20 minutos, durante los cuales los sabores se desarrollan y el arroz alcanza la textura perfecta. Es crucial no apresurarse en esta etapa; la paciencia garantiza que los sabores se concentren y que cada componente del plato se cocine a la perfección.

Durante la cocción, es importante verificar de vez en cuando la cantidad de líquido en la cazuela. Si es necesario, se puede añadir más caldo para asegurarse de que el arroz y el pollo se cocinen uniformemente. Este paso también es una excelente oportunidad para ajustar la sazón y asegurarse de que el plato tenga el equilibrio perfecto de sabores.

Decoración y presentación

Finalmente, decoramos nuestro pollo a la cazuela con cilantro fresco y almendras laminadas tostadas. El cilantro aporta un toque de frescura que contrasta maravillosamente con los sabores ricos y complejos del guiso. Las almendras, por su parte, añaden un crujido agradable y un sabor a nuez que eleva el plato a otro nivel.

Servimos el plato caliente, asegurándonos de que cada porción tenga una buena cantidad de arroz, pollo y verduras. Esta presentación no solo es visualmente atractiva, sino que también garantiza que cada bocado esté lleno de sabor. Estamos seguros de que este pollo a la cazuela será un éxito en cualquier mesa.