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Maridaje
Este plato de arroz con chorizo es muy fácil y rápido de elaborar. Constituye un plato único muy potente al que, si quieres, puedes poner algún entrante que pegue con el chorizo, un producto tan de la tierra española. Puedes preparar unas tostadas con queso manchego y unas aceitunas como entrante para después servir nuestro arroz con chorizo y hacer de tu comida algo distinto.
En cuanto a la bebida puedes probar con un vino rosado bien fresquito, aunque al ser uno de los ingredientes principales un embutido y al tratarse de un plato que podemos clasificar como de invierno, el vino tinto marida perfectamente con este plato. Prueba con un vino de Jumilla o Alicante, con un sabor afrutado y toques a frutos rojos, e incluso un poquito ácidos, un caldo que sin duda funciona muy bien con cualquier tipo de embutido.
Curiosidades sobre el chorizo
¿Sabías que los embutidos ya existían desde la antigua Grecia y Roma? En una de las comedias de Aristófanes, uno de los escritores más importantes de la Grecia clásica, uno de sus personajes ya aparecía con una vasija llena de chorizos.
Sin embargo, estos embutidos no han sido siempre como los conocemos hoy en día. Ya en el siglo XII el Calendario Románico fechaba la época adecuada para la matanza en el mes de noviembre, con lo que podemos asegurar que la elaboración de embutidos se trata ya de una práctica centenaria. De hecho esta práctica sigue estando en vigor en muchos pueblos, donde todavía es tradición sobre esas fechas hacer una matanza y elaborar embutidos propios que las familias consumen durante el resto del año.
Sin embargo, no es hasta el siglo XVI cuando empezamos a conocer el chorizo con su característico color rojo debido al uso del pimentón en su elaboración. Fue entonces cuando el pimentón se importó desde América y comenzó a utilizarse en las comidas.
El chorizo producido en España debe llevar tres ingredientes claves entre su materia prima para que podamos llamarlo así: pimentón y ajo añadidos a la carne picada de cerdo que constituye su fuente principal. Estos ingredientes son la seña de identidad del embutido producido en España en contraposición con el producido en otros países. Además, el chorizo puede curarse al aire libre o bien ahumarse, y dependiendo de las características climatológicas de cada zona en la que se produce tendrá un sabor u otro.
El chorizo, también, contiene algunos elementos que pueden proporcionarnos beneficios para nuestra salud, como su alto contenido en aminoácidos esenciales que ayudan a la reparación de los tejidos y facilitan la digestión, así como el conjunto de vitamina B-1 y B-12, que nos dan energía y aportan hierro.
Además, el chorizo es uno de los ingredientes estrella de la gastronomía española, tanto como tapa o entrante, como para combinar con otros ingredientes como la pasta.
Tipos de chorizo
Según la carne utilizada para la elaboración del chorizo podemos distinguir varios tipos de este embutido. Una de estas carnes, la del cerdo ibérico de Bellota, da lugar al chorizo ibérico de bellota, uno de los más cotizados en la gastronomía. Encontramos también el chorizo ibérico, cuya carne se obtiene de cerdos que no están alimentados con bellota; y el chorizo casero, el más tradicional, elaborado a partir de carne de cerdo blanco y usualmente se embucha en forma de herradura o en atados.
La base de la elaboración de un chorizo se divide en cuatro partes. Se trata de un proceso tradicional que comienza con el picado de la carne y el tocino para después mezclarlo y amasarlo junto a las especias pertinentes (el ajo y el pimentón sobre todo). Dejamos reposar esa masa durante todo un dia (24 horas) y después pasamos a embutirlo en la misma tripa del cerdo.
Posteriormente se atan y se cuelgan para su curación, que casi siempre se hace al aire natural, en habitaciones con una temperatura característica y una humedad determinada. Es en este tiempo de maduración o curación cuando el chorizo adquiere la textura firme con la que luego lo comemos y cuando se desarrolla su característico aroma. Este proceso suele durar algo menos de dos meses, unos cincuenta días.
Otra opción es ahumar los chorizos, usualmente con leña de encina o de roble, para ya después dejarlos reposar y curar, y así obtener un embutido con un sabor distinto y más característico.
Hay tantos tipos de chorizo distintos, con matices y sabores muy diferentes entre sí, y tantas formas distintas de elaborarlo, que podemos abarcar muchísimas recetas en las que incluir este ingrediente. ¿Te animas a inventar una nueva?