En la misma sartén donde cocinaste la sepia, añade un poco más de aceite de oliva si es necesario y agrega la cebolla morada picada. Cocínala a fuego medio hasta que se caramelicen sus azúcares naturales y adquiera un color dorado y un sabor dulce y profundo. Este proceso de caramelización es clave para construir una base de sabor rica y compleja en el plato final.
Una vez que la cebolla esté caramelizada, incorpora el ajo picado y los pimientos. Continúa la cocción hasta que estas verduras estén tiernas. Es el momento de agregar un chorrito de vino tinto, que deglasará la sartén y añadirá una capa adicional de sabor. Asegúrate de reducir el vino hasta que casi se haya evaporado por completo, concentrando así sus sabores en el sofrito.
Tras la reducción del vino, es hora de añadir los tomates rallados y la ñora picada. El tomate aportará acidez y frescura, mientras que la ñora, un pimiento seco típico español, infundirá un sabor dulce y ligeramente ahumado. Sofríe estos ingredientes hasta que los tomates pierdan la mayor parte de su agua y el sofrito se intensifique en color y sabor. A este sofrito añade una cucharada de pimentón dulce, removiendo rápidamente para que no se queme y amargue.