A continuación, añade mantequilla a la mezcla de cebolla y manzana y espera a que se derrita completamente. Una vez fundida, es el momento de incorporar las especias: una cucharadita de curry y una de garam masala. Estas especias deben tostarse ligeramente para liberar su máximo potencial aromático y sabor, lo que se logra manteniéndolas en el calor junto con la mantequilla fundida.
Después de que las especias hayan impregnado su aroma, añade una cucharada de harina de avena. Este ingrediente actúa como un agente espesante que ayudará a darle cuerpo a la salsa. Revuelve constantemente para evitar que la harina se queme y para asegurar una mezcla homogénea y sin grumos.
Es el momento de transformar la mezcla seca en una salsa rica y compleja. Añade lentamente 400 ml de caldo o agua mientras continúas revolviendo. Esto ayudará a integrar todos los ingredientes sin crear grumos. También es el momento perfecto para agregar salsa de soja, que aportará profundidad y un toque umami a la salsa.
No olvides incluir el ajo y el jengibre fresco rallados en este punto, que infundirán un carácter picante y fresco esencial en muchas recetas asiáticas. La combinación de estos ingredientes debe cocinarse a fuego medio durante aproximadamente diez minutos o hasta que la salsa comience a espesar a tu gusto.