Risotto de boletus: receta tradicional italiana

Hidrata los boletus: dales vida

Comienza colocando los boletus deshidratados un recipiente amplio. Asegúrate de que el bol sea lo suficientemente grande como para contener los boletus y el agua que necesitarán para rehidratarse completamente. Calienta agua hasta que esté casi hirviendo. La temperatura del agua es crucial; debe estar caliente pero no hirviendo, ya que el agua hirviendo puede comenzar a cocinar los boletus, alterando su textura y sabor.

Deja que los boletus se hidraten en el agua caliente durante al menos 20-30 minutos. Durante este tiempo, absorberán el agua y se rehidratarán, recuperando su tamaño y textura original.

Cocción de la cebolla y el ajo: el sofrito

Comienza calentando una sartén a fuego alto con un chorrito de aceite de oliva. Reduce el fuego a medio y añade un poco más de aceite de oliva a la sartén. Incorpora el ajo y la cebolla picada y cocina hasta que esté transparente y suave. Este paso es fundamental para construir la base de sabor del risotto, ya que la cebolla aporta dulzura natural y complejidad.

Mezcla el caldo con el líquido de hidratar los boletus

Mezcla en un recipiente el caldo de verdura con el líquido resultante de hidratar los boletus. ¡Esta mezcla es increíble! Reservamos para después.

Luego, incorpora a la sartén del sofrito los boletus ya hidratados y saltea hasta que estén dorados. Este proceso intensifica el sabor de las setas, añadiendo una capa de profundidad al risotto. Es importante hacerlo a fuego alto para que los boletus suelten menos agua y se doren mejor.

Incorporación del arroz para tu risotto con boletus

Agrega el arroz a la sartén, distribuyéndolo bien para que cada grano se cubra con el aceite. Remueve durante un minuto para tostar ligeramente el arroz, lo que ayuda a sellar los granos y a que mantengan su textura durante la cocción.

Vierte el vino blanco y deja que se evapore casi por completo antes de añadir el caldo. El alcohol se evaporará, dejando solo los aromas y sabores del vino, que complementan a la perfección el gusto de los boletus y el arroz.

El caldo, poco a poco: el truco del risotto

Empieza a agregar el caldo poco a poco, removiendo constantemente. Este es el secreto para lograr la textura cremosa característica del risotto. A medida que el arroz absorba el caldo, añade más, manteniendo el fuego a una temperatura que permita una cocción suave y continua.

Finalizando con crema de leche, mantequilla y condimentos

Cuando el arroz esté casi al dente, incorpora la crema de leche, la mantequilla y el queso parmesano rallado. Ajusta el sabor con sal y pimienta al gusto. La crema y el queso aportan una riqueza y cremosidad adicionales que elevan el plato a otro nivel.

La mantequilla le dará al risotto un brillo y suavidad incomparables. Sirve el risotto adornado con cebollino picado, los boletus calentados aparte, y unas hojuelas de queso parmesano por encima para un toque final de sabor y elegancia.

Recuerda, el movimiento constante durante la cocción del risotto no solo previene que el arroz se pegue, sino que también ayuda a liberar el almidón del arroz, lo que resulta en una textura aún más cremosa. Así que, aunque pueda parecer un detalle pequeño, es un paso crucial para conseguir el risotto perfecto.