Exquisito y fácil de preparar, el arroz con níscalos es un plato perfecto para el otoño, ya que es en esta época del año cuando se recogen, con una mejor calidad, los níscalos en nuestro país.
En Ebro Foods te lo ponemos fácil con nuestra receta de arroz con níscalos. Si quieres saber cómo elaborar correctamente este manjar gastronómico con el que sorprender a todos tus comensales, no pierdas de vista nuestra vídeo receta. ¿Nos acompañas?
Vídeo receta
Trucos y recomendaciones para hacer arroz con níscalos
Origen del níscalo
El término níscalo es el nombre que recibe una seta comestible -con un gran sabor- que se encuentra, por lo general, en los pinares españoles. Conocido también en nuestro país como ‘robellón’, el nombre científico de este manjar gastronómico es Lactarius deliciosus, una clara referencia a su extraordinario sabor.
Etimológicamente hablando, el término ‘níscalo’ es un derivado del verbo latín vulgar misculare, que a su vez es un derivado también del verbo miscere, que en latín significa mezclar. Y es que, si se observa detenidamente los colores que ofrece el níscalo, se entiende a la perfección su etimología, ya que el níscalo -o robellón- tiene una parte superior con tonos rojizos y matices verdosos, que se acentúan con otros tonos si la seta es partida.
Beneficios del níscalo en la salud
Como seta que es, el níscalo está prácticamente formado por en su totalidad por agua, vitaminas, fibra y minerales. De esta manera salta a la vista que este producto es ideal para el positivo desarrollo de la salud humana ya que no aporta casi grasas ni contiene hidratos de carbono.
Nutricionalmente hablando, el níscalo se puede incluir dentro de los grupos de verduras y hortalizas. En estos grupos se recomienda un consumo diario de sus productos, ya que son altamente beneficiosos para nuestra salud. Además, las setas son una de las pocas fuentes con procedencia no marina de yodo. Las personas que sufren de problemas de tiroides, problemas renales o gota, deben vigilar la ingesta de este beneficioso alimento, puesto que los níscalos son ricos en purinas.
Asismismo, los níscalos son ricos en fósforo, tan necesario para la correcta formación de nuestros huesos y dientes, así como en ergosterol, un compuesto que se transforma en Vitamina D que permite la correcta absorción del calcio. Y es que, gracias a esta transformación en Vitamina D, nuestro cuerpo no sufre la carencia de esta vitamina obtenida directamente de los rayos solares durante los meses de otoño e invierno donde la presencia del sol disminuye notablemente.
Como todas las setas de la familia a la que pertenece, los níscalos son conservados muy bien naturalmente hablando, debido a su alto contenido en agua en su interior. En cambio, una temperatura extremadamente fría estropea enseguida su conservación, por lo que secarlos o consumirlos en conserva se alza como una de las mejores opciones para su correcta ingesta. Si eliges comer níscalos secos observarás que se concentran sus componentes, aromas y sabores.
En cuanto al valor nutricional por cada 100 gramos se refiere, este manjar gastronómico aporta 14 kcal de calorías, 1,89 gramos de proteínas, 6,89 gramos de fibra, 0,67 gramos de grasas, 310 mg de potasio y 1,3 mg de hierro. Además, los níscalos son muy frecuentes en las dietas veganas acompañando a otros productos de origen animal que casan muy bien con el sabor del níscalo. ¡Es ideal para casi todos los consumidores!